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LUNES POLITICO I.-ENRIQUE SANCHEZ DIAZ, AL Límite de las fronteras del periodismo

A partir de la fecha, y porque nuestros lectores nos lo han solicitado amablemente, reiniciamos nuestras entrevistas de LOS LUNES POLITICOS.
Esperamos que sea del agrado de nuestros lectores.
En esta ocasión charlamos abierta y francamente con el maestro del periodismo bajacaliforniano, Enrique Sánchez Díaz, a propósito del reconocimiento público por sus 45 años como periodista.




* Los candidatos son abiertos; a los presidentes no te les acercas
* Echeverría cambió la historia de Tijuana; Cuenca no lo pudo hacer
* Se perdió la confianza en la autoridad…
* Y también la autoridad perdió el oficio político
* El asesinato de Colosio, fue la autodestrucción de un sistema político caduco

POR SANTIAGO FLORES


-- Aunque tú digas que no hay objetividad, (en el periodismo) sí es vital la objetividad, así como te comportas en la norma de la ética, también éticamente debes ver que tus notas sean las más certeras, que tengas datos y vas sobre los hechos, porque si el reportero se pone a elucubrar o a decir que fuentes dignas de crédito, me estás diciendo, esa cosa está volada y ya no estás publicando algo que tenga sustento, la veracidad del periodista y en el periodismo es vital para que te respeten”.
El que está hablando es Enrique Sánchez Díaz. Su voz, no tiene matices; ni su mirada, ni su gesto, revela ninguna emoción.
Y si pudiéramos caracterizar a un personaje de esta naturaleza, no encuentro otro recurso más que recordar la tesis de Juan Belmonte, maestro del torerismo que planteaba que la esencia del arte consiste en mostrar una verdad, pero no revelarla, pues decía, eso ya es cuestión del que se detiene a admirar una obra. Interpretarla, descubrir su origen y su finalidad; encontrarle sentido, ya no es responsabilidad del autor sino del espectador.Belmonte solía decir también que se torea como se es; y en este caso, hablando de Sánchez Díaz, podríamos concluir, que también se escribe como se es.
No se le conoce públicamente ningún escándalo; tiene, como podrá darse cuenta el lector a lo largo de esta conversación, una posición política; tiene una muy clara definición ideológica, pero se la ha reservado para su ámbito personal.No reconoce en el periodismo ningún tipo de poder; y si es que en verdad existe el multicitado “cuarto poder”, declara que no lo ha ejercido.
Como ciudadano cumple sus obligaciones, dice que hace fila y espera su turno.De este lado de la mesa, nos encontramos nosotros: El licenciado Feliciano Castro Loya, y un servidor, que no se si alguno de ustedes lectores, conoce.La cuestión es que aquí estamos, reunidos –limonada para él—y café para nosotros de por medio, observados cuidadosamente por las cámaras del joven maestro Castro Loya, que anda en busca de documentar ¿Qué es esto del periodismo? ¿Dónde están? Y ¿Quiénes son los que han formado la historia del periodismo en Baja California?
Muchos son los que hacen suya la profesión del periodismo, pero muy pocos logran ser periodistas, muchos menos son, los que gozan de un reconocimiento público.Sánchez Díaz es uno de esos pocos casos de excepción, hablando de Baja California, a quien recientemente se le hizo ese reconocimiento públicamente. Ese fue el pretexto de esta conversación.Y como no queriendo llegamos a una cuestión fundamental, sobre la cual existen tantas tesis como visiones ideológicas hay en el mundo: ¿Cuál es el papel del periodista? Los dejamos con Sánchez Díaz.
¿Recibiste un reconocimiento por tus
45 años de periodista, cómo lo
resumes?

¿Cómo lo resumo? Muy gráficamente,
como un postgrado de una universidad no
académica, porque cuando yo empecé no
había universidades ni escuelas de
periodismo, una universidad de la vida y
del trabajo que he hecho, virtualmente El Mexicano es el único trabajo fuerte que he hecho, desde que empezó el periódico a trabajar, he trabajado en otros periódicos pero los demás han sido complemento.
¿Dirías que es una experiencia profesional o una experiencia de vida?
Yo creo que tiene más que ver con lo profesional y con una experiencia vivida, porque hay mucha gente que tiene tantos o más años que yo en este medio y ha pasado desapercibida, yo creo que por la actividad que yo he desarrollado y por los puestos que he ocupado, me ha dejado brillar un poquito más que la demás gente y ha llamado la atención el trabajo que he realizado, entonces es más experiencia profesional por el trabajo, que de vida.
En estos 45 años de vida periodística, ¿qué dato es el que más te ha impactado?
Pues hay muchos. En 45 años han pasado cosas extraordinarias. A mí me ha tocado ver los cambios de gobierno, los cambios de gobierno no en el sentido de personajes o de actitudes, no, cómo se han ido transformando igual que la ciudad. Yo empecé virtualmente a escribir ya oficialmente en El Mexicano hace 40 años en 1969, apenitas acababa de pasar el 68 cuando derrotaron al PRI estrepitosamente, eso me tocó cubrir una parte pero todavía no podía escribirlo en el periódico porque estaba muy inexperto.Entonces se han visto cambios brutales en la política. En esa ocasión la gente se fue contra el PRI porque había una imposición abierta de personajes no deseados.
¿Estamos hablando de la época de Sánchez..?
No, Santana Cobián (Luis Mario) era el candidato a alcalde, y había personajes que la gente no quería, líderes de todas clases, sociales, obreros, etcétera, que la gente no quería.
¿Estamos hablando de la época de Rosas Magallón?
Rosas Magallón en aquel entonces ya empezaba a cimentar un liderazgo, él fue pues el padre de los panistas, de una corriente y una ideología muy limpia, me dio dolor a mí ver que se había fregado 50 años peleando para que cuando llegara el PAN al gobierno lo desechara, porque su idealismo no los dejaba trabajar, llegó la derecha, acuérdate que Ruffo era un empresario de Ensenada con una visión derechista y Rosas Magallón era un idealista, más de tendencia de izquierda, un poquito religioso, con un sentido del bien común muy abierto, no se puede decir que era otra cosa, beneficiaba a los más débiles.
¿Más de esos que ahora llamaríamos candidato ciudadano no?
Pues el candidato ciudadano es una gente que escogen de la calle entre los ciudadanos, no, él era un apóstol de la democracia y un precursor de los derechos civiles y humanos de la gente, y de proteger al más débil.
A ver pero te interrumpí, nos ibas contando lo de Santana Cobián
Lo de Santana Cobián, después vi un cambio radical cuando llega Milton Castellanos al gobierno del Estado, otro concepto de política a nivel local y junto con él llega Luis Echeverría, un hombre populista a más no poder que estaba lavando la afrenta del 68, de la muerte de los estudiantes en Tlatelolco y él vino a cambiar muchísimo las cosas, también con tendencias socialistas de ayudar al más débil, etcétera.
Baja California se benefició con él, él hizo la carretera Transpeninsular, trajo obras vitales en su sexenio, la introducción del agua a través del acueducto del Río Colorado, a Milton lo ayudó para que hiciera las carreteras urbanas que existen ahora, las más fuertes, el Insurgentes, lo que es Cuauhtémoc Sur, el Libramiento Sur, cosas increíbles vimos en ese sexenio.
Entonces a Milton lo escoge Echeverría porque los dos habían siso discípulos de Rodolfo Sánchez Taboada, y ahí se conocieron él, Cervantes del Río, y una serie de personajes viejos. Entonces a Milton lo seleccionan por eso y viene a ser gobernador, e hizo un buen gobierno, lo acusaron de muchas cosas, pero yo creo que fue un gobierno muy trascendental.
Antes de terminar Milton, yo empecé a destacar como presidente de la Asociación de Periodistas y me fue muy bien, la Asociación se hizo en 1973 y por azares del destino, Roberto de la Madrid y yo nos hicimos amigos y Pancho de la Madrid, su hermano, surge el dedazo del general Hermenegildo Cuenca Díaz, que Echeverría como le había dado una cimentación a su gobierno, los militares en especial Cuenca, salió la Liga 23 de Septiembre y había movimientos guerrilleros y hubo movimientos comunistas en el país y el general apagó toda esa insurrección que existía, capturaron a los responsables, detuvieron a Lucio Blancas en Guerrero, y hubo movimientos que sofocó el general, pero antes de irse, el 20 de noviembre que es el día que reconocen a los militares a nivel nacional, Echeverría lo unge como candidato a gobernador adelantándose cinco meses al tiempo político de un destape de un gobernador y queda sembrado.
A Roberto lo hicieron senador, cuando llega José López Portillo, que era el hermano que nunca tuvo López Portillo así lo consideraba, le ayudó para que fuera el gobernador, y ya cuando se muere el general Cuenca, a Roberto lo hacen gobernador, bueno lo hacen candidato porque venía la campaña, Roberto me invita a que me integre al gobierno, primero a la campaña y luego al gobierno, ahí trabajé dos años como jefe de prensa, esa es la parte más vieja.
Pero antes en el gobierno de Milton me tocó vivir una experiencia, dos experiencias muy fuertes, había un movimiento estudiantil en la Escuela de Economía de la UABC y eran guerrilleros entre comillas porque no andaban armados, pero eran conflictivos, el Día del Estudiante en Tijuana tenía que cerrar el comercio organizado porque saqueaban, secuestraban autobuses y hacían desmanes, entonces le hicieron un día una manifestación afuera del Palacio Municipal, en lo que es ahora el Palacio de la Cultura o el Arte en la calle Segunda y Constitución, a Marco Antonio Bolaños Cacho, que había sido diputado federal y era presidente municipal, y estaba emparentado con la señora Borja de Díaz Ordaz que fue lo que le ayudó a ser presidente municipal de Tijuana.
Total que llegó, había un muchacho que se apellidaba Antuna, venía con todos los estudiantes, pero Bolaños Cacho era un viejo entrón, no le tenía miedo a nada, era de los líderes aquellos que estaban abiertos al diálogo y le entraban a lo que fuera, pues en aquel entonces le rayan la mamá desde el podium a Bolaños Cacho y como pudo se volvió a subir y les dijo pues saben qué: tiznen a su madre ustedes también, fue una cosa excepcional, pero lo puso en el ámbito populachero, entonces recibió mucho apoyo de la gente, pero él es un hombre de principios y que defiende sus cosas.
Ésa fue una de las anécdotas especiales que me tocó vivir y luego otra, invaden el Ejido Tampico que es ahora todo lo que es el Alta Brisa para acá, del aeropuerto hacia la Buena Vista todo era una zona ejidal que no la sembraron y empezaron las invasiones.Y un día se metió un movimiento y ahí estuvieron los estudiantes que te digo de la Escuela de Economía de la UABC, entonces se tuvo que hacer un operativo.
Milton y el general Cuenca no se la llevaban muy bien, entonces pidió apoyo del Ejército y no se lo dieron. Milton se decidió, que iban a entrar en la madrugada a desalojar a todos la Policía Municipal, la Policía Judicial del Estado, porque las fuerzas federales no quisieron intervenir, y entonces hubo mucha neblina ese día y dijeron saben qué: aquí si se suelta un balazo nos vamos a matar entre todos y va a haber un problema político muy grave, pues total se esperaron a las 6 de la mañana, yo me acuerdo porque en especial el gobernador Milton, dijo traigan a Sánchez Díaz, invítenlo a que venga con nosotros.
En aquel entonces, el capitán Jesús Torres Espejo era el comandante de la Policía Judicial del Estado y le dijo tú te haces cargo de la seguridad de Sánchez Díaz, entonces yo andaba con él y un equipo detrás de él y entramos a ver.

Total que después de 6, 7 horas, de las 6 de la mañana hasta la 1 de la tarde, limpiaron todo y desbarataron las casitas que hicieron de madera, etcétera, hubo jaloneos y sí hubo golpes, no se puede decir que no, pero no hubo un balazo, y desalojaron, luego llegaron autobuses y los llenaron de gentes y los mandaron para distintos puntos, a Rosarito, a Tecate, los sacaron a las carreteras, y los dejaron allá, se ve inhumano, pero lo que se trataba era de que no llegaran rápido para que se volvieran a posesionar y a levantar las casitas, entonces tuvo éxito y ya cuando le habló Milton al presidente, le pidió el apoyo, ya nomás préstanos el Ejército para que rodee, se tardaron dos o tres días, pero ellos como pudieron, llegó el Ministerio Público Federal y hubo algunos agentes federales y ya cambiaron las circunstancias, pero fue un conflicto político brutal entre el Secretario de Defensa Nacional y Milton el gobernador porque eran de corrientes políticas distintas.
Es otra de las anécdotas que me tocó vivir, entonces te digo, está llena de anécdotas, y de cosas de la historia.A mí me tocó ver cuando llega Inmuebles Californianos, una compañía patrocinada por políticos de la ciudad de México, reclamando diez mil hectáreas del parque urbano de la ciudad, era todo Tijuana en ese entonces, y empiezan las negociaciones, las manifestaciones, los ricos, muchos de los ricos, fueron y negociaron y dijeron a mí no me quites mi propiedad ahí te va una lana, y se arregló como todo se arregla en esta vida, el que es más vivo y el que tiene más saliva come más pinole.
Pero a final de cuentas, Milton convenció al presidente de que a los más ricos que eran los que tenían dinero, porque Tijuana siempre ha tenido el problema de inseguridad pública, el 50 por ciento de la gente en Tijuana no tiene títulos de propiedad, son invasiones, son posesiones, lo convenció. Inmuebles Californianos no quiere más que el Club Campestre y la Chapultepec.
Entonces se juntaron los ricos y en aquel entonces juntaron 38 millones de pesos, poquito más de 3 millones de dólares, pero por decirte ahorita serían como 30 millones de dólares por el valor que tenía la moneda en ese entonces, y eso pagaron y se acabó el conflicto de Inmuebles Californianos.Qué fue lo que pasó, pues los ricos, al final son ricos porque tienen dinero y cuidan su dinero, se autopagaron con una franja en L que da alrededor del Campestre, que es ahora donde están las Torres, donde está el restauran La Leña, se lo autovendieron, ellos se pagaron solos, con la franja más valiosa, pero el Campestre ya quedó para el Club Social y Deportivo que existe ahora donde con una membresía muchos de ellos siguen siendo socios.
Son historias, anécdotas, cosas que me tocó vivir y escribir como periodista.



¿En ese tiempo cómo era la ciudad?



En ese entonces había mucha confianza en el gobierno, a pesar de que había quien los criticaba, la policía hacía su trabajo y la gente limpiaba las calles, era otra sociedad, no había violencia, el día que mataban a alguien era un escándalo brutal, había crímenes, no eran cosa de todos los días.
¿Había lo que se llama gobernabilidad?
Y estabilidad social. La estabilidad era lo mejor. El poder adquisitivo era muy alto, en aquel entonces circulaba el dólar, no la moneda nacional, nadie quería la moneda nacional, estábamos acostumbrados a que te pagaban en dólares y tú pagabas dólares porque el poder adquisitivo era muy alto.
Te voy a dar un ejemplo, cuando yo me casé en 1964, ganaba 19 dólares a la semana, 3 dólares diarios eran 21 menos el descuento me lo dejaban en 19 dólares, los 19 dólares me alcanzaban muy bien, vivía en una casita modesta que rentaba, etcétera, nomás te voy a poner esta proporción, yo ganaba 3 dólares diarios y el kilo de carne costaba 60 centavos de dólar, que era el salario mínimo, comparado con el salario mínimo actual, con un salario mínimo apenas compras un kilo de carne y en aquel entonces te alcanzaba para eso y mucho más.
En esa proporción estaba la calidad de vida.Toda la gente tenía menos problemas económicos y por lo tanto menos problemas, no se metía en muchos, era fácil comprar un carro, podías dejar tu carro abierto, las llaves pegadas, nadie te robaba tu carro, nadie te robaba el tanque de gas, nadie te robaba tu casa, los asaltos eran cosa de historia, no habían.
De las cosas que marcaron a la ciudad según lo he entendido está precisamente Cuenca, ¿cómo fue que llega aquí? ¿no sé si en aquella época en Tijuana o Baja California era un asunto de seguridad nacional? no se me ocurre ver aquí movimientos guerrilleros.
No, la sociedad de Tijuana siempre ha sido, bueno la sociedad vieja, ahorita ya cambió, han llegado de todas partes de la república con otra cultura y otra idiosincrasia, otra forma de ser, otra forma de vivir, defendían mucho su ciudad y su calidad de vida. Entonces no se dejaban imponer nada de los gobiernos y no les gustaban las imposiciones.
En el 68 fue lo que cambió la historia política del Estado, cuando llega Cuenca en 1971, 70 primero, lo destapan en el 70, la gente no quería una imposición ni querían un general, y aquel general tenía el proyecto, Cuenca Díaz, de que la ciudad capital fuera Tijuana y no Mexicali, decía la capital política del Estado sigue siento Tijuana y a Tijuana quería cambiar los poderes, era un proyecto que él tenía, traía muchos proyectos, pero entre ellos ese proyecto, pero la gente no le quiso dar el respaldo porque era una imposición y no quería un general en Baja California, sin demérito de su uniforme ni sus insignias, era la persona y la forma.



¿Y qué hubiera pasado con Tijuana como ciudad capital?



Pues hubieran sido distintas las cosas, pero hubiera tenido que pelear mucho el general para hacer eso, pero en aquel entonces como ahora, los generales y sobre todo los ex secretarios de la Defensa Nacional eran muy poderosos y son muy poderosos.



¿Si tuvieras que escoger un hecho o dos hechos más impactantes a nivel periodístico de los que has tenido conocimiento en tu vida periodística, con cuál te quedarías?



¿Con cuál me quedaría? Bueno, es que los hechos no se puede uno quedar con ellos, uno se impacta, valga la redundancia por el impacto que tienen, y la muerte de Colosio no tiene comparación con nada, aquí la muerte de Colosio marcó un hecatombe a nivel nacional en lo político y en lo económico y a nosotros nos marcó gravemente.Y desde entonces al PRI se le acabaron las pocas posibilidades políticas que tiene un partido, a raíz de allí empezó a demeritarse mucho el tricolor que había sido gobierno.
A nivel nacional la hecatombe económica y política, a la larga, pues vino a destruir un sistema político nacional, porque se acabó entre ellos mismos, porque todo mundo dice que fue un crimen de Estado, entonces si se mata el PRI con el PRI es la autodestrucción de un sistema político que ya estaba caduco.



¿Te animarías a mencionar a quién consideras el mejor alcalde en la historia de Tijuana?



Pues es que cada alcalde le metió las ganas distinto, cada quien hizo una labor distinta, no, cada alcalde le puso su toque y todos han tenido la intención de hacer bien las cosas, sin embargo, en los últimos tiempos, creo que los gobiernos han tenido una insatisfacción social muy grande.
Ahorita están haciendo obras brutalmente buenas, pero van a dejar muy endeudado al Ayuntamiento, y luego la forma de hacerlas está causando una irritación social, porque al mismo tiempo están haciendo 5 ó 6 obras y tienen estrangulada la ciudad, está peor que la influenza el perjuicio económico que están causando.



¿Qué diferencia ves entre los alcaldes de antes y los de ahora?



Bueno, sin que sea ningún golpe político, aquellos tenían más estructura política.
¿Oficio?
Sí. Había oficio político. Eran gentes que habían destacado en puestos públicos, pero en aquel entonces a pesar de que había, como siempre va a haber, ahorita los hay, había dedazos, la alcaldía de Tijuana siempre la decidían los presidentes de la república y bendecían o le daban el soplo de vida a candidatos para que vinieran. Fernando Márquez Arce estuvo ligado a Echeverría, Bolaños Cacho a Díaz Ordaz y Milton a Echeverría, y Roberto de la Madrid a López Portillo.
¿Era estratégico para los presidentes?
Así es, pero aparte teniendo esa relación
directa, llegaba mucho apoyo federal, lo
que ahora no vemos. Llegaba apoyo
federal brutal, la Transpeninsular no es
una obra chiquita, el Acueducto Río
Colorado-Tijuana no es una obra chiquita,
esa la financió el gobierno federal, y
carreteras y una serie de cosas llegaban
por esa relación que tenían los
presidentes, por eso antes decían es amigo del
presidente qué bueno va a traer dinero, va a traer inversión, va traer todo.
Todo se rompe cuando llega Ernesto Zedillo Ponce de León, que habiendo vivido en Mexicali y conociendo tanta gente de Mexicali, el hombre jamás le respondió a Baja California, es más ni con las tarifas eléctricas les ayudó.
¿Podría ser Tijuana una especie de Distrito Federal por la ubicación estratégica y por ese peso estratégico que tenía Tijuana para los presidentes?
No, no tanto, en primer lugar por esto, mira, por ejemplo, el presidente de la república en el DF, si puedes ver al presidente de la república no vas a ir a ver al delegado verdad, en este caso seria el regente de la ciudad, existieron algunos, algunos que pasaron a la historia como Uruchurtu (Ernesto) por la transformación que hizo del DF y en Baja California no, en Baja California podías ver al gobernador y no podías ver al presidente de la república, entonces los parámetros políticos eran muy diferentes.
¿Qué nota recuerdas? ¿Una nota que hiciste, que te gustó, que la recuerdas?
No, es que ha habido muchísimas. A mí me tocó entrevistar a Echeverría en la Ciudad de México, yo estaba novatón, novatón, 70, yo empecé a escribir ya oficialmente en el 69, y un día me mandan a cubrir una gira a la Ciudad de México para el informe o la toma de posesión de Echeverría, y entonces sale él de Bellas Artes junto con parte del gabinete y el Estado Mayor Presidencial, yo no tenía conocimiento de las normas y de las reglas, de nada de eso, y me le atravesé a la brava con grabadora en mano, y ya iban los del Estado Mayor a sacarme a patadas o a balazos y Echeverría me pone la mano en el hombro y me deja que le haga una pregunta, le pregunté ¿en qué podía ayudar a Baja California?
Fue lo único que se me ocurrió y él me salvó cuando me puso la mano en el hombro, si no el Estado Mayor Presidencial me hubiera hecho pedacitos, estaba prohibido atravesársele a un presidente, si ahorita está de la patada, antes también era igual, no se podía uno atravesar a un presidente, y me tocó entrevistar a Carlos Salinas pero como candidato en el 88, en Ensenada. En aquel entonces era candidato y los candidatos son abiertos, a los presidentes no te les acercas.
¿Igual? ¿También te le atravesaste?
No. Fue en una reunión, había llovido muchísimo, y ese día fue el 16 de diciembre del 87, Miguel de la Madrid había anunciado que se había duplicado el precio del petróleo y de la gasolina, habían estandarizado todos los precios por las devaluaciones que había, no sé si tú te acordarás, pero la inflación era del 100, 150 por ciento, entonces las actualizaciones de precio eran brutalmente rápidas y a pesar de que era campaña ese día aumentaron todos los combustibles y a Salinas le tocó a asistir a un acto con los pescadores de Ensenada, y se le echaron encima, porque el diesel subió al doble y era la locura para los pescadores como estaba la cosa, entonces tuvo un acto negativísimo con ellos y el reclamo fue brutal y estuvimos en una reunión y ahí a boca de jarro me le atravesé y le hice una entrevista y también, luego de retirado, pero muy cortésmente porque todavía era candidato, y le pregunté cómo va a hacer cuando sea usted presidente para que no le vuelva a caer una quiebra económica como le está tocando a Miguel de la Madrid, y me acuerdo que me dijo “mira muchacho”, todavía estaba yo chavalón, me dijo, “tú y yo el último día de gobierno nos vamos a ver y te voy a decir lo que hice, tú vas a ver lo que voy a hacer”, fue la única cosa que me contestó.
¿Te cumplió?
No me invitó, pero él fue el que le quitó los tres ceros al peso y sí estabilizó la economía muchísimo. Pero con el colosiaso y el problema de Chiapas, se le acabó el corrido muy rápido.
¿Volviendo a Luis Echeverría, qué dijo que iba a llegar a Baja California, cómo la iba a apoyar?
Le llegó mucha inversión, Baja California tuvo inversiones impresionantes. Entre ellas la Preparatoria Federal.
¿Cuál fue su respuesta?
La respuesta me dijo que iba a haber un gran apoyo y que lo iba a canalizar a través de Milton Castellanos, que acababa de ser, era el gobernador electo creo, acababan de pasar las elecciones, y me dijo que iba a venir mucha ayuda, que teníamos que tener confianza, que a Baja California le iban a hacer justicia y la verdad hubo mucha inversión, pero mucha inversión, fue uno de los transformadores de Baja California Luis Echeverría en obras.
¿Y por qué no lo quieren?
Por la matanza del 68, a él lo acusan del genocidio, del genocidio y del genocidio, y luego se hizo una cultura del genocidio especialmente a raíz de que entro Vicente Fox, inclusive le soltaron la jauría para mover los reflectores cuando Fox tuvo problemas fuertes y le soltaron la jauría y el viejo ya muy caduco, porque estaba muy enfermo, la alcanzó a librar y lo que lo salvó más que nada fue que habían pasado 30 años, casi los 30 años, ya estaba exento del delito, ya había prescrito.
Nos has hablado de la transformación de Tijuana a nivel político, a nivel periodístico, son 45 años de estar dentro de este medio, ¿cuáles consideras los principales cambios? ¿cómo ha evolucionado la prensa escrita o el periodismo aquí?
No, pues es brutal. Sin ánimo de que se ofendan, los periodistas de ahora son, que no se ofendan porque no todos, burócratas con producción de notas, todos los periodistas tienen una cuota, yo voy a hacer 5 notas, yo voy a hacer 4, traigo un reportaje y dos notas, en aquel entonces de nosotros no había límite para hacer notas y el promedio que hacíamos diario eran diez notas, y nos exigían que por lo menos 2 fueran de portada, entonces había que talonear mucho para conseguir notas buenas y trabajarlas, en aquel entonces no había boletines, lo más que había eran grupos de periodistas que se pasaban alguna nota, pero en los periódicos grandes la idea era que fueran exclusivas, fueran distintas, fueran extensas, explicativas y no había límite de escribir, pero había que talonearlas, trabajarlas, y ahora la mitad de los reporteros escriben boletín porque no alcanzaron a llegar y te hacen 3 notitas se van, entonces hay un cambio brutal.

Ahora en tecnología. En tecnología no teníamos nada, teníamos una máquina de escribir y cuartillas, y para hacer una limpia pues tirabas cuartillas hasta que te salía limpia tu nota, y para empezar la entrada, porque los secretarios de redacción y los jefes de redacción nos exigía mucho una buena entrada si no no te la recibían, y que enfocaras la nota a la noticia, no que la dieras la noticia en el último párrafo, como sucede ahora que llegan te hacen las notas y se van y no saben lo que hicieron, y la ortografía, o a veces te agarraban la nota la hacían bolas y la tiraban, vuélvela hacer esto no sirve, y no te ponías rejego, nomás las hacías y punto.
Luego teníamos la costumbre que se oía una ambulancia, ibas a ver qué pasaba en la ciudad, como no habían pasado muchas cosas, tú ibas a todos los eventos, no le hace que no fuera tu fuente, tú le llevabas la nota o le avisabas al compañero, era dificilísimo porque eran los teléfonos convencionales, el teletipo era lo único, lo más cercano, para las fotos si ibas a una gira a México o Guanajuato o cualquier lado, tenías que andar viendo a ver quién te traía el rollito para que llegara a Tijuana a tiempo para que lo revelaran y alcanzara, eran otros tiempos, éramos rudimentarios como no tienes una idea, y ahora todo es accesible, hasta te metes a las páginas y si se te fue la nota te metes a los blogs de las agencias, te fusilas la nota, la cambias y la arreglas, y todavía tienes el descaro de firmarla.
¿Se te llegó a ir alguna nota?
Pues en aquel entonces no se nos iban muchas porque nos exigían demasiado. Mira, antes, a mí me tocó ser, primero el trabajo era rotadescansos y para cuando me tocaba la policíaca, a la una de la mañana me estaba yo reportando con el licenciado Rubén Téllez Fuentes a la redacción para decirle que no había nada en hospitales, en la cruz roja, en ministerios públicos o en la policía municipal, ni asesinados, ni robados, ni choques, para que me dejaran ir a descansar y ahora, muchos de los reporteros de la guardia dieron las 9 ó 10 de la noche y apagan el radio, apagan todo y ya se fueron a dormir, es mucha la diferencia entre el oficio del periodista antiguo y el periodista de ahora, no es que sean malos.
¿Una exclusiva que recuerdes?
Entrevistas, esas que te digo, la de Echeverría aunque te de una respuesta corta, son cosas que nomás son tuyas y son difíciles de lograr. Ahí porque el viejo se portó bien y me echó la mano, si no te estuviera platicando de la represión del Estado Mayor, ah y además no podía uno decir nada, porque uno había violado las normas.
Mira me tocó cubrir entrevistas de presidentes, me tocó la de Nixon, la de Ronald Reagan y López Portillo, me tocó la de Miguel de la Madrid, con Reagan, la de Jimmy Carter, me tocaron entrevistas de presidentes donde nos dejaban acercarnos al foro.
En las entrevistas de los presidentes cuando viene el mandatario norteamericano, no te dejan más que hacen un recorrido para que los veas saludándose y platicando, y un detallito que salga de las pláticas estás cubriendo y lo demás te lo dan todo por escrito. Me tocó cubrir eso, me tocó cubrir una gira de Echeverría a Japón, me tocaron muchas cosas.
¿Qué imagen te deja el hecho de no solamente verlo de lejos, sino ver tan de cerquita el poder?
Bueno, mira, para empezar antes el poder era una cosa magnífica. Era bien bonito cubrir una gira presidencial, te daban ganas de ir… Los protocolos…No, eran personajes imponentes, gentes que decidían, gentes que gobernaban, ahora hay tantas invitaciones para cubrir una gira presidencial y hasta te pasan por detector de metal, ya viste a los viejitos cuando vino Fox, que a las señoras les levantaron las enaguas y a los viejitos los pantalones, ancianos de 60 ó 70 años que los invitaron a una gira y nomás por quien sabe si son terroristas, ¿cómo va a ser terrorista un señor de la tercera edad por el amor de Dios? Entonces ves incongruencias brutales en las giras presidenciales de ahora y cositas cubres, pero ya no son lo que fueron hace muchos años.
¿De quién aprendió el periodismo Enrique Sánchez Díaz?
Ahí en la redacción, pero principalmente fue Rubén Téllez Fuentes, él nos enseñaba y nos daba a leer los libros. Periodismo Trascendente de Salvador Borrego él me lo regaló y me enseñó muchas cosas de cómo hacerlo.
¿Tu maestro en la práctica sería él?
En el trabajo y en la práctica, él nos decía esta nota está mal, las entradas son de 6 líneas, tienes que decir cómo cuándo por qué y dónde, lo básico, que no se te olvidara, y a tener la percepción de que cuando haces una entrevista no estés pensando en lo que le vas a seguir preguntando, sino con lo que te vaya diciendo tú estar preparado siempre.Y luego la otra, nos enseñó a que si perdíamos la libreta, nosotros teníamos que regresar a la redacción y hacer la nota de memoria, lo más importante, es imposible sacarla toda, pero tú debías tener el ejercicio de hacer la nota sin leer el libreto.
¿Se te perdió alguna vez la libreta?
No, pero te acostumbra a que tú cuando vas a una entrevista o ves una charla del que sea, tú ya tienes la nota hecha en la cabeza, eso nos enseñó a hacer, ya cuando vas saliendo tú ya traes tu nota en la cabeza y redactada más o menos, ya nomás lo que te faltan son los datos. Eso nos enseñaron a hacer. Y yo veo muy difícil que ahora lo hagan los reporteros, llegaban a ver por dónde le entraré, uy pues está canijo, antes no, nosotros ya sabíamos que íbamos a escribir y por donde íbamos a darle.
La historia violenta en cuanto a la prensa, en el caso de Baja California, está el atentado a Jesús Blancornelas y algunos otros incidentes, ¿Los riesgos del periodista cómo los ves a nivel local?
Los riesgos del periodista cada quien los corre como quiere, lo de Jesús Blancornelas enseñó que hay una zona vedada de la que no puedes traspasar por muchas cosas, pero fundamentalmente porque no hay quien te proteja, ni la policía ni el Estado Mayor Presidencial, nadie te protege del crimen organizado, si te metes con ellos pues una de dos, o tienes intereses o quieres rápido destacar, pero con un riesgo muy grande. Investigar de dónde, si quienes te dan información son o el grupo contrario o una autoridad muy alta que tiene un interés también.
Para quienes no te conocen, ¿por qué te dicen gober?
Eso empezó hace muchos años, pero fue por un choteo. Milton tenía un amigo muy cercano que era el delegado de Tránsito del Estado, Ignacio Corona Rueda, que en paz descanse. Era muy buen amigo y todo, pero él para todo quedando bien con Milton le decía quiubo mi gober y mi gober y mi gober, y lo empezamos a chotear nosotros mi gober y mi gober, cuando menos me acordé ya me decían el gober, pero fue por una circunstancia así.
¿Nada que ver con Raúl Sánchez Díaz?
No. Yo conocí a Raúl Sánchez Díaz. Era un buen hombre, me decía pariente por cierto, pero muy respetuoso y me tocó tratarlo dos tres veces nada más, porque él terminó el gobierno en el 71, y yo empecé en el 69, apenas me tocó conocerlo unas dos veces.

Hay una cosa que muy pocos logran, ¿tú
cómo le haces para mantener esa
institucionalidad, esa, no quiero decir
objetividad porque no la considero la
palabra correcta, sino mantenerse en una
línea de respeto, de decir las cosas sin
que ofendas, sin que agredas?




Bueno, hay muchas cosas. Como norma de trabajo y ética periodística, lo que uno debe criticar es la función pública, y criticarla con sustento. Siempre que vas a criticar a un político, a un empresario o lo que sea, debes irte sobre hechos y pruebas, si no estás mal. Y no meterle de tu cosecha nada o inventarla nada más.

A ningún político y a ningún empresario y a ninguna persona le gusta que lo critiquen, pero cuando le criticas algo que es cierto, por lo menos te da la oportunidad de decir bueno pues la regué, aunque le caigas como le caigas. Eso es lo número uno.
Dos, para que te respeten debes respetar a la gente, la condición que sea, el más alto o el más bajo, el que sea, tienes que dar ese respeto que tú quieres que te den a ti, y debes comportarte como tal. Entonces, si tú respetas a un periodista, él te va a respetar, y no tienes por qué criticarlo, hay compañeros de todos tamaños, sabores, colores, pero cada quien tiene su función y uno tiene la de uno.
Y en lo que escribes, aunque tú digas que no hay objetividad, sí es vital la objetividad, así como te comportas en la norma de la ética, también éticamente debes ver que tus notas sean las más certeras, que tengas datos y vas sobre los hechos, porque si el reportero se pone a elucubrar o a decir que fuentes dignas de crédito, me estás diciendo, esa cosa está volada y ya no estás publicando algo que tenga sustento, la veracidad del periodista y en el periodismo es vital para que te respeten.
¿Qué tanto se ha perdido o se mantiene ese estilo?
Es que ha cambiado mucho, porque he tenido muchos compañeros que les encanta el dinero y le pegan al funcionario para luego ir a verlo a ver si se congracia con él o algo y entonces ya se pierde la objetividad y luego caes en el garlito de que también decir tantas mentiras, tantas mentiras, a veces las mentiras parecen verdades y afectas a la comunidad, y afectas a la persona.
El periodismo es una función muy noble, creo que coincidirás conmigo, ¿cuál consideras la satisfacción más grande que tienes después de 45 años dedicados a esto?
Lo más bonito del periodismo y tú me lo dijiste es que puedes convivir con los presidentes, con el poder máximo del mundo, que han sido los presidentes americanos cuando han venido, los conoces en lo personal, porque me ha tocado ir a banquetes donde están, aunque estén lejos, cómo se comportan como seres humanos, las decisiones que toman, y puedes ir a ver al burócrata más modesto y llevártela bien con él. Nos da la oportunidad de entrar a lugares donde nadie tiene acceso, a veces ni los mismos políticos más encumbrados, con tal de cubrir la noticia, hasta escenas de crimen, eventos internos, sociales, lo que sea, y te dan un lugar especial como observador porque das fe de hechos que están pasando a través de la noticia.
¿Enrique has estado todo este tiempo en el centro del poder, has sentido alguna vez que tienes poder? Hay un famoso mito del cuarto poder.
No. Ese es uno de los preceptos que nos enseñó el abogado Téllez Fuentes, dijo que nosotros no debíamos tener ni credencial ni andar charoleando en la calle, ustedes sean ustedes, si se ven ya muy desesperados o les están haciendo una injusticia, entonces acudan al medio de comunicación, pero traten de ser sencillos, y por lo general nosotros, por lo menos yo, me acostumbré a que yo tengo todas mis cosas en orden, mi carro con placas, mi licencia y cumplo con las cosas más importantes y no me meto en problemas, procuro no meterme en conflictos ni ando en lugares donde haya conflictos ni me meto a hacer desmanes, y cuando me levantan una infracción la recibo, ya después yo veo si consigo que me hagan un descuento pues voy y la pago, pero no ando pidiendo nada, porque te demerita mucho que te vuelvas un chambón y que vivas apantallando o huizacheando como dicen, ¿qué es el huizache?, pues andar arreglando asuntos en cuartos raros por un dinero, no, nunca nos prestamos para eso. Creo que deben mantener una posición de respeto.
La opinión que tienes sobre el licenciado Rubén Téllez Fuentes. Lo has mencionado como tu maestro ¿Qué nos puedes comentar de lo que tú conociste del licenciado Téllez Fuentes?
Mira, era un hombre muy humano, con una gran capacidad de trabajo. Me enseñó más que la ética periodística, una conducta de vida honesta, porque si tú te das cuenta, el licenciado Téllez Fuentes era un hombre pobre, digo en el sentido de que no era rico, un hombre que vivía al día, que tenía que trabajar para salir adelante, terminó como maestro de la UABC y el señor no andaba buscando dinero ni nada, no andaba haciendo negocios con el periódico como hacen otros compañeros, que andan arreglando toda clase de asuntos, él no, él se dedicaba, una que otra vez agarró un caso porque era abogado, pero cobraba sus honorarios y hacía su trabajo legal, yo creo que eso es una norma de conducta que nos dejó a muchos de nosotros. Es importante eso.
¿Qué pondrías para el final? Algo que quisieras agregar.
A mis compañeros yo les pediría que tengan más sentido de lo profesional, porque al escribir una nota y firmarla, no sólo es el ego de ver tu firma, no, es tu persona lo que están viendo, entonces que traten de hacerlo bien, que le entiendan, que siempre lleven la verdad, y que no te detengas porque se te acabó el horario o porque tienes una fiesta, si ves una noticia que debas cubrir, eso es en lo profesional.
A la ciudadanía, pues le doy las gracias por el respeto que me ha mostrado en muchas ocasiones, a mí el reconocimiento no se me va a olvidar nunca, es algo fuera de lo normal, el hecho de que un puñado de hombres del Grupo 21 me haga un reconocimiento, puede haber cien gentes en diez años o quince años que le hayan hecho reconocimientos, el pertenecer a ese grupo de cien es un privilegio, es un reconocimiento también en el segundo sentido de lo que tú decías, a un estilo y a una conducta de vida.
Enrique nos sumamos a ese reconocimiento. Muchas Gracias.
Muchas Gracias.
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