Playas de Rosarito.-Para la lideresa social Carolina Gonzàlez, desde el nombramiento de Francisco Castro Trenti como Director de Seguridad Pùblica, la Policìa Municipal de Playas de Rosarito, se oferta al mejor postor. A quienes considera sus amigos, les ofrece impunidad y protección para que cometan libremente sus atropellos, y al resto de la población, los deja en estado de indefensión ante la delincuencia.
Asegura que existen cientos de testimonios documentados en varias comunidades en donde desde que llegó Castro Trenti, se ha incrementado considerablemente el número de hechos delictivos, principalmente de delitos patrimoniales, como el robo, el pandillerismo y los daños en propiedad ajena, gracias a una actitud permisiva del director de Seguridad Pùblica.
Relata que en el caso concreto del Plan Libertador, desde la llegada de Castro Trenti, y con la remoción de Raùl Paredes Esquer como jefe policial de ese distrito, creció la presencia de grupos pandilleriles, que provocaron el crecimiento de robos, vandalismo y daño a propiedad ajena.
Tambièn se incrementaron los filtros de policías para extorsionar, asegura.
Dirigentes sociales de esa demarcación, han hecho diversos señalamientos denunciando ante las autoridades municipales esta situación, y la respuesta de Castro Trenti ha sido dar consigna a los elementos de la Policìa Municipal, de no atender ninguna petición de auxilio que provenga de aquellos que se han atrevido a realizar algún señalamiento en su contra.
Relata que como ejemplo de lo anterior, hace dos meses aproximadamente, el conocido restaurantero Rosario Castillo Ceja, realizò fuertes destrozos en un parque público, para poder retirar una casa móvil que se encontraba en una área sin acceso a la calle.
Contratò una màquina retroexcavadora que abrió una zanja a lo largo de todo el parque destruyendo e área verde y los juegos infantiles.
Cuando vecinos solicitaron la presencia policiaca, para frenar los destrozos, arribò al lugar el comandante Navarrete, pero con la consigna de no intervenir, ni levantar parte de los hechos, atendiendo una orden precisa del director.
Lejos de intervenir para frenar los daños, el restaurantero, se retirò llevándose en un remolque la casa móvil, y dejando destrozado el parque, y todavía tuvo la desvergüenza de pedir una patrulla que lo escoltara.
Actualmente, el restaurantero, y Castro Trenti, enfrentan una denuncia por daño a propiedad ajena que se ventila en el ministerio público.
Se le està requiriendo a Castillo Ceja la reparación total de los daños, y a Casto Trenti por encubrimiento y presunta complicidad por el hecho.
