Durante la promulgación de las reformas a la Ley General de Educación, cuyo objetivo es garantizar la reinserción en el sistema educativo de los paisanos que sean deportados de Estados Unidos, el presidente Enrique Peña Nieto sostuvo:
desde aquí, desde Palacio Nacional, quiero reiterarles a nuestros connacionales, en Estados Unidos, que no están solos. Seguiremos utilizando todos los recursos legales, institucionales y diplomáticos a nuestro alcance para que se respeten sus derechos humanos y su dignidad.
Ante legisladores y autoridades educativas, Peña Nieto consideró que como sociedad y país
tenemos el deber ético y moral de recibirlos con los brazos abiertos; de tratarlos con afecto, respeto y dignidad. De igual forma, ofrecer acciones de gobierno eficaces que les permitan una rápida incorporación a las actividades en el país.
El mandatario instruyó a la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que se realicen, a la brevedad, las adecuaciones normativas que permitan la revalidación ágil de estudios, eliminando
trabas y barreras burocráticas, trámites
engorrosos, como la apostilla, traducciones oficiales y antecedentes académicos.
Solidaridad y confianza
El Presidente señaló que el objetivo es asegurar la movilidad en todo el país de quienes deseen seguir estudiando, desde preescolar hasta la universidad. A partir de dos principios básicos, solidaridad y confianza, se respaldará a quienes regresen del extranjero. Tras destacar que en tan sólo 44 días se aprobó la iniciativa preferente que envió al Congreso aseveró que una parte de este proceso de revalidación está basada en la confianza.
Peña Nieto explicó que si bien en gran parte del siglo pasado, México fue un país de población migrante, desde hace algunos años esta tendencia se ha invertido y en la actualidad es más el número de mexicanos que retorna a su país que el de migrantes.
Al justificar la reforma a la Ley General de Educación y las acciones que le seguirán, mencionó que durante 2016, de los casi 220 mil connacionales repatriados, 51 por ciento, es decir, la mitad, o poco más de la mitad, eran adultos, que no habían terminado la educación primaria, la educación básica; 35 por ciento no había completado la educación media superior, y 13 por ciento la educación superior.
En su discurso, Peña Nieto aludió brevemente a Benito Juárez –en el aniversario de su natalicio y poco después de haber montado una guardia de honor con miembros de su gabinete en la estatua que hay en Palacio Nacional–, de quien dijo:
su vida demuestra el poder emancipador de la educación. Dijo que el mejor homenaje a Juárez es consolidar a México como un país de leyes, instituciones, derechos y libertades.