Tijuana, 23 Mar
.- Las deportaciones de madres de familia indocumentadas implementadas por las autoridades de Estados Unidos, violentarían el derecho fundamental de sus hijos nacidos en ese país, de crecer al lado de sus progenitoras.
En ese sentido, la responsable del Instituto Madre Assunta de ayuda para mujeres migrantes y deportadas, Mary Galván, indicó que aunque las madres no tienen alternativa ante la falta de documentos para vivir en Estados Unidos, sus hijos sí la tienen por haber nacido ahí.
“Los niños tienen derecho de crecer en el país donde nacieron, pero al deportar a sus madres indocumentadas, las autoridades están violentando el derecho de esos hijos de crecer con sus padres, y eso es algo en lo que tendrían que trabajar”, asentó.
Indicó que los organismos como este centro de atención y apoyo migrante se encuentran a la expectativa ante la gran cantidad de estas personas que se espera sean repatriados del vecino país, y las consecuencias sociales y familiares que ello conlleva.
Entre éstas se encuentran, precisamente, la separación familiar: madres latinas separadas de sus hijos estadunidenses, “se prevé todo un proceso doloroso por esta separación, pues ellas no podrían traerse a sus hijos”, subrayó.
Sin embargo, una posible reunificación familiar con madres mexicanas aquí, en este país, conllevaría a un fenómeno que ya se presentó en años anteriores en México con este tipo de situaciones familiares, dijo.
Señaló que aunque existen procesos legales, e incluso este centro cuenta con un abogado para casos como éste, la realidad es que de lograrse esta reunificación familiar, traer a los hijos con la madre, conlleva un proceso de adaptación que generalmente no se da.
Explicó que en la gran mayoría de los casos estas madres no califican para regresar a Estados Unidos, por lo que se opta por ayudar a traer a México a sus hijos; sin embargo, los hijos están acostumbrados a otro tipo de vida en el vecino país.
Llega un momento en que después de esta reunión, pasado un tiempo resienten el estilo de vida, en algunos casos más cómodo en el vecino país, “y es cuando deciden regresar a los hijos a Estados Unidos con algún familiar”, apuntó.
“Hemos visto casos de separación familiar causados por este proceso de deportación al sacar a la mamá y dejar allá a los hijos; las madres caen en grandes depresiones, sin saber qué hacer con sus hijos allá, y ellas acá”, reiteró.
Y aunque cubren un nuevo programa jurídico, con un abogado que las acompaña en este proceso de reunificación familiar, basados en experiencias de que se pueden efectuar reunificaciones entre madres e hijos, “el problema es la adaptación de los niños”, puntualizó.
El impacto es con los menores, pues luego de reunificarse, “después de dos o tres meses, la madre ve que no puede brindarles a sus hijos las mismas condiciones a las que están acostumbrados en Estados Unidos”, dijo.
“Esto ya lo vimos en otros años, ayudamos mucho a la reunificación familiar, pero a los tres o cuatro meses ya estaban de nuevo mandando a sus hijos a Estados Unidos porque aquí no tienen las mismas oportunidades que allá”, anotó.
Refirió que desde 2013 la migración de las mujeres ha incrementado y el perfil de ésta ha cambiado de forma radical, “son mujeres que vienen escapando de la violencia en sus lugares de origen, donde no se le ha dado solución a este problema”.
Estas mujeres, agregó, tratan de ir a Estados Unidos en busca de asilo, “pues tienen miedo de vivir en sus lugares de origen, incluso muchas de ellas ya han sido hasta perseguidas hasta esta frontera por bandas criminales organizadas”.
Amenazadas de muerte junto con sus hijos, “están matando a los esposos, raptando a sus niños para meterlos a las bandas criminales, eso es lo que está pasando con las mujeres migrantes que huyen de esos lugares”, refirió.
En el caso de este albergue, asentó que a las mujeres migrantes o deportadas se les ofrece estancia temporal, con asistencia social, lugar para aseo, atención médica, psicológica, platicas de orientación como riesgos de cruces, apoyos y área jurídica.