Gilberto LAVENANT
Hay un dicho por ahí que observa: El que nada debe, nada teme. Esto a propósito del presunto triunfo electoral del panista Francisco Vega de la Madrid, candidato a la gubernatura de Baja California, de la Alianza Unidos por Baja California, integrada por el PAN, PRD, PANAL y PEBC, y la resistencia de los panistas para tratar de evitar que se revise la documentación electoral. En especial, que se proceda al recuento de voto por voto.
Saben los bajacalifornianos, y también lo saben los panistas y sus aliados, aunque pretendan hacerse tontos, que se cometieron errores en el Programa de Resultados Electorales Preliminares y que por lo tanto las cifras que le dan el triunfo a su candidato, no son confiables.
Saben también, aunque simulan ignorarlo, que los datos del PREP, no son constancia de triunfo o derrota electoral. Que esa determinación surge, luego de que los distritos electorales proceden a hacer la sumatoria de los datos contenidas en las actas de cada casilla electoral. Luego de lo cual, se hace entrega de las constancias de mayoría.
Entonces, no se explica, ni justifica, el nerviosismo que muestran, cuando sus rivales reclaman el recuento de las actas, y en algunos casos el de voto por voto. Si tan seguros se sienten de haber ganado, la resistencia a tales recuentos los delata. Algo esconden. Alguna cochinada hicieron, entre muchas otras que pusieron en práctica en este proceso electoral.
Ayer, el Consejo General del Instituto Electoral, anunció que 12 de los 17 consejos distritales, determinaron que realizarán el conteo voto por voto, en tanto que los cinco restantes solamente acta por acta.
Claro, panistas y aliados, se aferran a los datos contenidos en el PREP, que favorecen a su candidato y permiten presumir un supuesto triunfo. Como son a su favor, dicen que los errores cometidos, son intrascendentes. Sin duda alguna, su postura sería totalmente contraria, si esa información pusiera en desventaja a Kiko.
Es ridículo, que hablen de democracia y de reclamar respeto a la voluntad popular, alegando que abrir las urnas y proceder al recuento de votos, no solamente es ilegal, sino que es una falta de respeto a los electores y a todos aquellos que participaron en este proceso electoral, en sus diversas etapas. La democracia simulada. Hipócritas, pues.
Incluso, ya amenazaron con denunciar penalmente a los consejeros distritales que hayan determinado contar voto por voto. Los acusan, o pretenden acusarlos, de cometer un delito gravísimo, consistente en revisar la documentación electoral y contar los votos, para cerciorarse y hacer constar, quienes realmente triunfaron en estos comicios, y quienes resultaron derrotados. Ufff… En verdad que si es un delito grave.
Mayor delito implica el haber violentado el proceso electoral, haciendo uso de una serie de recursos mañosos, como la compra de voto, pagando en efectivo la preferencia electoral a favor de sus candidatos, o mediante la entrega de despensas o tarjetas que permitían, a quienes las recibían, supuestos beneficios, sumamente cuestionables. Ellos lo hicieron. Lo saben perfectamente. A eso le llaman voluntad popular. Vergüenza deberían de tener.
A medida que avanzan en el proceso de recuento de votos, y de actas, quienes participan en dichas labores, se han percatado de múltiples irregularidades. Muchas de ellas que evidentemente no fueron resultado de simples errores, sino la clara intención de distorsionar o alterar la información relativa a los votos, mostrándose sumamente generosospara con los candidatos panistas.
Y para que no digan que el columnista especula sobre este tema, esta semana recibió copia del acta de una casilla. Es la C-7 de la Sección 1336, correspondiente al X Distrito Electoral, en donde presuntamente resultó ganador el panista Mario Osuna.
En dicha acta, se indica, en el caso del escrutinio y cómputo de la elección de gobernador, que fueron inutilizadas 451 boletas y que dentro de las urnas fueron encontradas 241 boletas, y que votaron un total de 251 ciudadanos. Sin embargo, los números de votos, no cuadran. Le anotan 451 votos a favor de Kiko, 97 a Castro Trenti, 18 a Ruanova y 6 votos nulos.
La persona que entregó al columnista la copia de dicha acta, comentó:Revisando quien ganó en la casilla C-7 de Tijuana, observé que según el Acta, solamente votamos 251 personas, pero al PAN le dan 451 votos. ¿De dónde salieron los 200 votos del PAN? De ser un error, en una casilla, pues es serio, pero mucho más lo es, si tal alteración de información se hizo de manera sistemática, lo que configuraría el fraude electoral. Esto sí es gravísimo.
Pero no se trató de un simple error. La misma alteración de información, la aplicaron en el escrutinio y cómputo de votos de la elección de alcalde y de diputados. Por ejemplo, en la de alcalde, siendo 251 los electores que votaron, le anotaron 451 al panista Alejandro Monraz, 111 al priístaJorge Astiazarán, 18 a González Cruz de Movimiento Ciudadano y tres nulos.
Igual se hizo en cuanto al escrutinio y cómputo de votos para diputado, con 253 electores que ejercieron su derecho a votar, le anotaron 451 votos al panista Mario Osuna, 101 a la priísta Franciscana Krauss, 24 a Juan Carlos Barragán, de Movimiento Ciudadano y 6 votos nulos.
Eso es solamente un ejemplo, de los errorcillos que seguramente saldrán a relucir con el recuento de votos, y por lo cual los panistas y sus aliados se oponen a ese procedimiento. Si nada debieran, nada temieran. El sospechosísmo indica lo contrario.