Gerardo Díaz Valles
Siempre fue un joven diferente, algo extraño para nosotros, debido tal vez por las diferencias de edad y en cuanto a nuestra formación, origen y expectativas para quienes abrazamos esta noble profesión. A Luciano siempre lo sentí cercano y entrañable como compañero, aunque debo de aclarar que nunca fuimos los grandes amigos, sólo buenos compañeros que se respetaban. Incluso con mis marcadas diferencias con su medio hermano Mario Rivera Salgado y aparte de las condiciones en que fui obligado a salir del canal de noticias CNR, nunca mermaron nuestro trato cordial, respetuoso entre ambos. El “Nenuco”, le decíamos nosotros con cariño y con cierta malicia a Luciano, pues a nuestro ver estaba demasiado chiqueado y consentido por quienes lo rodeaban de elogios y adulaciones. Este se dejaba querer, por lo que cuidaba en extremo su imagen, su vestimenta, su peso y su look, que tanto le elogiaban sobre todo las damas. Tenía un pegue con las mujeres pero bárbaro y era netamente un galán empedernido a quien lo seguían las damas de todos calibres, desde jovencitas soñadoras, hasta maduritas guapetonas que le hacían llegar toda clase de regalitos y recuerditos. Luciano era trabajador y polifacético, de pupila alegre y muy fiestero, le gustaba sentirse empresario aunque sus negocios no siempre fueran viento en popa, pero lo suyo era vender su imagen y sus relaciones personales, su posición de conductor de noticias, aunque nunca me tocó verlo redactar alguna nota informativa, algún ensayo periodístico o algún reportaje. No obstante Luciano creció y se hizo en el medio de la noticia local entre Rosarito y Tijuana, siempre al lado de su medio hermano co-propietario del canal de noticias de Rosarito CNR actualmente en litigio después de su fallida sociedad comercial con el ejidatario y a la postre candidato de MORENA a la alcaldía de Rosarito, Roberto Esquivel Fierro, con quien trabajamos hasta el pasado mes de Diciembre. Luego Luciano nos invitó a trabajar a su revista de “análisis político”: El Dictamen, que tiene en sociedad con algunos políticos locales sin una gran circulación o penetración en la localidad, pero que tenemos entendido era muy bien cotizada pos los gobiernos locales. No obstante Luciano era del gremio reporteril y con todas sus facetas y dudosas amistades de esas que surgen en el medio, siempre estuvo del lado de los compañeros con la camiseta bien puesta de Reportero, misma que llevó con orgullo por varios años, todos se lo reconocían incluso algunos policías que lo llegaban a detener en su auto un tanto alterado o “inquieto”, pero que siempre le “corrían la atención” y hasta le abrían paso al conductor de noticias…En suma el compañero Luciano estaba en el centro de la información y manejaba bastantes datos incluso personales de los protagonistas de nuestra sociedad. Si bien el colega no manejaba información en extremo delicada que pudiera relacionarse directamente con su trágica muerte, lo cual para nada pretendemos descartar en las investigaciones y eso que quede claro; nadie se traga el argumento simple de que su muerte en el baño dentro de un conocido bar, fue un pleito de borrachos de cantina por defender el honor de unas damas. Como tampoco se traga las explicaciones que al momento han dado las autoridades sobre las causas reales de esta muerte, así como las riñas en los Bares de la Barbachano o la muerte de otro joven el pasado fin de semana en el Bar La Escondida en pleno centro de Rosarito. Algo pasa en Rosarito y la sociedad demanda estar informada. Descansa en paz amigo Luciano y que allá donde hoy te encuentras encuentres la paz que solo proviene de Dios. Que así sea.
