De acuerdo a cifras de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gastos de los Hogares (ENIGH) y de Inegi, en 2018, los hogares del decil X, es decir los más ricos, registraban que el 4% de sus ingresos provenía de programas sociales.
Por otra parte, los hogares que se encontraban en el decil I (los más pobres), tenían el 18 por ciento de sus ingresos provenientes de los apoyos gubernamentales.
Tras dos años y en plena recesión económica, los hogares ricos duplicaron su ingreso al 8% en 2020 y los hogares más pobres sufrieron una caída porcentual de 8 puntos, terminando el año en 10 por ciento.
Queda entrevisto que los programas sociales que en el supuesto deberían reducir las desigualdades, las están incrementado y, que los programas significan lo mismo para los más ricos que para los más pobres.
Los datos demuestran que en términos de distribución de ingresos , los hogares dentro del decil X han logrado duplicar sus beneficios dentro de los programas sociales, dejando en claro que los programas activos no están ayudando al cierre de brechas ni a contrarrestar la crisis en el país.
